Cambios en el uso del suelo y silvicultura

Retos y oportunidades para países en desarrollo

Chistina Elvers de The Climate and Development Knowledge Network (CDKN) nos trae un artículo en el que evalúa cuestiones sobre el uso de la tierra, la protección forestal y REDD+, que están de actualidad en las conversaciones internacionales sobre clima – y qué importancia tienen éstas para los países con bosques tropicales.

En la actualidad, se solicita a los diferentes países que presenten sus Contribuciones Previstas Determinadas Nacionalmente (INDCs, por sus siglas en inglés) antes de que tenga lugar la Conferencia de las Partes (COP) de París de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). Sin una guía estricta sobre qué debería o no ser incluido en una INDC, los países en desarrollo que preparan sus contribuciones necesitarán decidir si incluir el uso de la tierra, y cómo manejarlo de la mejor manera en vistas de la imperante importancia de la agricultura, los bosques y el uso de la tierra en sus economías. Siendo la tierra uno de los principales activos de los países en desarrollo, esta decisión podría tener consecuencias de gran alcance para sus desarrollos futuros. Igualmente, un buen número de países con bosques tropicales están recibiendo o a la espera de recibir financiación a través de los mecanismos REDD+. Sin embargo, a fin de que los compromisos en torno al uso de la tierra y la silvicultura sean significativos, la dificultad para medir y contabilizar los cambios de uso de la tierra bajo un acuerdo climático futuro necesita ser abordada y tratada.

Detener la deforestación ayuda al clima y a los países en desarrollo

El sector de la agricultura, los bosques y el uso del suelo (AFOLU, por sus siglas en inglés) tiene un enorme potencial para el ahorro de carbono. Sólo la deforestación es responsable de alrededor del 10-12% de las emisiones globales pero representa una proporción cada vez mayor en el potencial de mitigación a corto plazo.

Para los países en desarrollo con economías basadas en la agricultura y los bosques, una pequeña industria de base y dependientes de la biomasa como fuente de energía, es en ajustar las emisiones procedentes del sector del uso del suelo donde radica el mayor potencial para reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI). Por ejemplo, el 61% de las emisiones de Perú, provienen de la deforestación, la agricultura y los cambios en el uso de la tierra. En Etiopía y Gambia, más del 50% de las emisiones vienen del sector agrario (cultivos y ganadería).

¿Cuál es el precio de un bosque?

Del mismo modo, los países con bosques tropicales necesitan ser incentivados para el crecimiento de sus economías de una forma que no implique la deforestación a gran escala. El mecanismo REDD+ ha sido desarrollado para hacer justo esto – crear un valor financiero para el

carbono almacenado en los bosques y ofrecer incentivos financieros para que los países en desarrollo permanezcan en tasas bajas de deforestación. Después de diez años de intensas negociaciones, el marco que aborda REDD+ fue acordado en Bonn el pasado mes de junio. Ahora, las Partes tienen la vista puesta en París para fijar REDD+ como un acuerdo formal, y algunos países ya están recibiendo pagos a través de fondos bilaterales de países donantes tales como Noruega y Alemania.

¿Y cómo contar los árboles?

Sin embargo, existe un reto sustancial sobre la medición, reporte y verificación (MRV) para evitar las emisiones del sector AFOLU. Tanto la experiencia con los primeros programas REDD+ como los recientes análisis de los INDCs destacan los retos sobre la precisión de la medida del ahorro de carbono. Sin un sistema MRV preciso, los países en desarrollo lucharán para recibir financiación REDD+ y para tener sus reducciones de emisiones procedentes del uso de la tierra aceptadas en el sistema de la CMNUCC. Como caso puntual, la Comisión Europea decidió no incluir el Uso de la Tierra, los Cambios en el Uso del Suelo y la Silvicultura (LULUCF, por sus siglas en inglés) en el Esquema de Intercambio de Emisiones de la Unión Europea ya que dudaba de que los proyectos LULUCF pudieran ofrecer reducciones de emisiones permanentes y manteniendo que el seguimiento y reporte podrían no ser realizados o serían demasiado costosos.

Las iniciativas están en marcha para construir capacidades en los países en desarrollo, a fin de permitirles satisfacer los requerimientos cruciales para MRV. Por ejemplo, The Coalition for Rainforest Nations, apoyada por el Gobierno alemán, ha estado desarrollando la capacidad de países en desarrollo con bosques tropicales de todo el mundo, en particular, en lo referente a formarles sobre cómo incluir al sector AFOLU en los inventarios de GEI.

La oportunidad de crear una hierba más verde

A pesar de estos retos, las oportunidades para los países en desarrollo en los sectores de uso de la tierra y bosques son enormes. Incorporar el uso del suelo y la silvicultura en los INCDs puede tener un impacto real sobre los niveles de emisiones globales de un país y sus ambiciones.

En el caso de Etiopía, se ha establecido un ambicioso 64% de reducción de emisiones en contra de lo esperado en su INDC, de las cuales más del 85% provienen potencialmente de la agricultura y el sector forestal.

El análisis inicial para las INDCs de Gambia indica que, en el presente, la degradación del uso del suelo hace de Gambia un emisor neto, sin embargo, el hecho de considerar la forestación, restauración del suelo y las cocinas por estufas puede convertir a Gambia en un país sumidero neto de carbono. Este potencial cambio de emisor a sumidero, incluso para los países pobres, vulnerables y de bajas emisiones puede cambiar el tono, ambición y narrativa de París. Se envía así un importante mensaje a la comunidad global y añade presión sobre el mundo desarrollado para contabilizar su propio uso del suelo y para ser más ambicioso en sus objetivos de reducción de emisiones.

Los países en desarrollo tendrán que tomar decisiones pronto (o ya las están tomando) en cuanto a cómo desarrollar el sector AFOLU. Sin un incentivo financiero para hacer lo contrario, los países del mundo en desarrollo podrían elegir rentabilizar este activo para ayudar a su propio crecimiento, a través de la deforestación y la agricultura insostenible. Tanto para apoyar el desarrollo sostenible internacional como para reducir las emisiones de carbono, el mundo desarrollado necesita reconocer este activo y, en consecuencia, compensar a los países.

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*Las imágenes que aparecen en este artículo se han tomado de la web y no son propiedad de Iroko DFS.

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