Optimización de REDD+

Mediante la utilización de Plantaciones de Nueva Generación a escala «paisaje»

REDD+ es un mecanismo creado con la intención de evitar emisiones de carbono procedentes de la deforestación y la degradación forestal. Entre sus principios, están incluidos el papel de la conservación, el manejo sostenible de los bosques y la mejora de los stocks de carbono forestal a través de la restauración y la reforestación, incluyendo las plantaciones..

La Plataforma NGP (Plantaciones de Nueva Generación) estudia cómo afectan las plantaciones en los ecosistemas en que se dan. En los lugares correctos pueden ayudar a mitigar el cambio climático mediante el secuestro de carbono atmosférico. Varios participantes de NGP han monitoreado activamente los stocks de carbono en sus plantaciones y áreas de conservación / restauración y han obtenido algunas ventas exitosas de créditos a través de mercados de carbono.

Cuando se permiten las plantaciones para obtener financiación para REDD+, éstas deben cumplir unos requisitos conforme a la guía de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). No deben reemplazar a bosques naturales y deberían plantarse solo en áreas degradadas con una baja densidad de carbono. Además, las especies utilizadas no deben ser invasoras o tener un impacto negativo en los bienes y servicios ecosistémicos circundantes.

Muchas compañías de plantaciones están conservando y restaurando importantes ecosistemas. Como condición para obtener la certificación FSC, estas compañías deben proteger y mejorar las áreas de elevado valor para la conservación. Además, muchas de estas compañías también han ayudado a las comunidades a incrementar y diversificar sus ingresos apoyando iniciativas tales como viveros, horticultura y producción de miel.

El nuevo concepto de escala «paisaje» puede propiciar el compromiso de todos los sectores que usen la tierra así como de los Gobiernos y la sociedad civil. Un enfoque a escala paisaje aspira a equilibrar los usos productivos del terreno con usos sociales y medioambientales. Esto puede incrementar la producción y mejorar los medios de vida disponibles mientras se mantienen los ecosistemas y los servicios que proporcionan, asegurando que los recursos naturales son usados de manera sostenible.

Las plantaciones tienen el potencial de crear ventajas sociales y ambientales para las iniciativas REDD+. Así como secuestrar carbono, pueden actuar como búfer contra la deforestación y la degradación forestal y proporcionar oportunidades alternativas de sustento para la población local. En definitiva, pueden fortalecer los programas REDD+ ya que a la vez que producen eficientemente materiales necesarios para las poblaciones locales, se contribuye ecológica y socialmente de manera positiva en los «paisajes» en que éstas se localizan.

Sin embargo, también existe el riesgo de que REDD+ a escala de paisaje no integre la opinión de todos los actores implicados y se mantenga verticalista y condescendiente para con las comunidades que dependen de los bosques. Esto provocará que la deforestación y las emisiones vinculadas a la misma continúen y que, en el proceso, la nueva figura de REDD+ a escala de paisaje cause grandes daños menoscabando a las comunidades locales y a quienes producen la mayoría de los alimentos del mundo: los agricultores a pequeña escala.

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